La hijastra de Andrés era tan apretada que no podía evitar gemir cada vez que él la penetraba duro, haciéndola sentir un placer intenso cuando cabalgaba profundo.
La hijastra era tan estrecha que él tenía que ser cuidadoso cada vez que la penetraba, pero ella siempre lo recompensaba con suaves gemidos mientras cabalgaba y sentía toda su polla en el interior.